lunes, 27 de junio de 2016

Recuerdos



Esa idea brillante de Facebook de ponernos en la cara nuestros “recuerdos”. Lo que hiciste tal día como hoy hace un año, dos, tres… lo que hacías, con quién lo hacías, dónde estabas. Y también, cómo estabas.

Eso tiene su gracia (a veces). Aunque quizá también resulte una broma pesada. Un atentado contra nuestro derecho a olvidar. 

Hay días que Facebook se cachondea y te recuerda cosas que no van a volver; viajes, momentos e incluso personas. Pero también hay días que te recuerda que todo pasa. Y que eso incluye también el dolor, los días tristes y las rachas oscuras.

Hoy, precisamente, me ha recordado una publicación de hace nada menos que cuatro años. Era una canción de Shakira, titulada “No”. Y decía cosas así

Voy a pedirte que no vuelvas más
Siento que me dueles todavía aquí,
Adentro

Y que a tu edad sepas bien lo que es
Romperle el corazón a alguien así

No se puede vivir con tanto veneno,
La esperanza que me da tu amor
No me la dió más nadie,
Te juro, no miento

No se puede vivir con tanto veneno
No se puede dedicar el alma
A acumular intentos
Pesa más la rabia que el cemento.


El título ya dice mucho de aquél momento. No. Y eso significa muchas cosas.  La letra también, es clara. De no ser por Facebook, seguramente hoy no habría sido consciente de que tal día como hoy, hace cuatro años, algo me dolía tanto que casi no podía respirar.

Y a lo mejor recordar eso no es bonito. Pero gracias a eso hoy sé que todo pasa. Hoy, la canción que describiría cómo me siento no sería esa, desde luego. Y eso es lo que cuenta. Que las cosas cambian, la vida da vueltas. Te quita y te da. Te lleva y te trae. Te sube y te baja.

A mí me gusta recordar, en general. No suelo tener miedo a fotos, canciones e instantes de mi pasado. Ni a los más amargos. Porque al final, solo es eso, pasado. Porque no quiero olvidar de dónde vengo, ni por dónde he pasado; ni por quiénes. 

Y porque me gusta sentir que gané. Que me recompuse, que aprendí. 

Y quizá tenía que tener tantos días como aquél, para tener ahora otros como los que estoy teniendo. Para volver a disfrutar tanto de paseos, de canciones, de conversaciones. De personas. 

Y lo mejor de recordar que un día se nos rompió el corazón, es ver que somos capaces de volver a arriesgarlo. De volver a ilusionarnos a pesar de cada desilusión. De seguir creyendo en los buenos a pesar de tantos malos. 

Que la vida no se acaba en una caída (ni en mil), ni el amor, ni los sueños. Que siempre hay más y siempre podemos más. Y si facebook tuviera también la opción de ver el futuro, puede que un día como hoy dentro de cuatro años vuelva a sentirme muy “No”. Pero eso no cambiaría que hoy me sienta muy “Sí”. 

Porque la verdad es que hoy, a pesar de todo, siento que sí.

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