miércoles, 28 de octubre de 2015

30 días, Superhéroes



"Las personas que tienen un alma de superhéroe, en definitiva, son las que van precisamente así, con el corazón por delante. Con el alma al aire y la generosidad, siempre, de entregarse. Las que se guían siempre por los sentimientos, por el amor, por la pasión. Aunque a veces no les compense, aunque las caídas sean desde lo más alto. A pesar de que la vida no siempre les ponga delante a otros superhéroes y tengan que lidiar con mediocres. A pesar de que el universo no les devuelva lo que merecen. Porque en el mundo (desafortunadamente) aún no hay suficientes superhéroes como para que todos tengamos la suerte de cruzarnos con alguno alguna vez. Y eso hace difícil el equilibrio, que todos den y reciban en la misma medida. Que la vida devuelva lo que entregas. Pero a ellos les da igual. Siguen caminando así, como valientes, como campeones, como héroes. Dando sin pedir. 

Sueñan. Sueñan con lo bonito, con lo eterno. Sueñan con ser mejores personas, con querer siempre más y mejor, con entregar desde lo más profundo. Y hablan, escriben, se expresan. Hacen saber a la gente que les rodea lo que sienten y cómo lo sienten. Se paran de vez en cuando para recordarle a alguien que le quieren o para decirle, simplemente, lo bonitos que tiene los ojos. No dejan morir nada dentro de sí mismos. Lo sacan y lo regalan."

(Alma de superhéroe)
 


martes, 27 de octubre de 2015

Las que se van, las que se quedan y las que llegan.



Hay personas que se van, hay personas que se quedan; y hay personas que aparecen para que sepamos por qué unas se fueron y otras se quedaron.

Yo creo que eso es algo que llevamos en nuestro ADN. Somos de irnos, o somos de quedarnos. Luego, las que aparecen son suerte. La suerte del momento y el lugar. O el destino, de estar en ese punto del camino para ti. O tú para ella.

A veces unas se van para engrandecer a las que se quedan. Otras se quedan para enseñarnos que aún vale la pena. Y siempre hay alguna que aparece para que, por un momento, lo demás no te importe. Ni los que se fueron, ni por qué se fueron; porque qué más da, si ahora has llegado.

Quizá es que sí, “a veces tienes que perder para luego poder ganar”. Y hay días que sabes que has ganado. Lo sabes porque te sonríe el corazón, porque haces magia y te olvidas de dormir. Lo sabes; no sabes por qué pero lo sabes. Y a veces eso es suficiente.

Siempre llega el momento de agradecer a quien se fue, y de agradecer a quien se ha quedado. Y hoy es el momento de agradecerte que hayas llegado, ya veremos para qué.

domingo, 25 de octubre de 2015

28 de Noviembre



En mi etapa de futbolista espartana, aprendí muchas cosas. Entre ellas, una que se me ha quedado bien marcada; la más importante, la esencial. Fue cuando marqué mi primer gol (y luego ya los demás, porque hubo más). En ese momento aprendí algo que desde entonces va conmigo siempre; que lo mejor de marcar un gol no era la felicidad personal, la sensación de éxito o la satisfacción. Lo mejor de marcar un gol es ver las caras de otras personas, que se alegran aún más que tú misma. Y eso es lo que verdaderamente me hacía inmensamente feliz en ese instante. Tener al lado personas con las que celebrar el gol, pero de verdad, de esas que lo están sintiendo en todo el cuerpo.

Desde que decidí escribir un libro, sentí lo mismo. Lo mejor de este sueño, de cualquier sueño en realidad, es que otras personas los sueñen contigo. Y con un libro es fácil; porque lo haces para eso, para entregarlo. Para compartirlo. Nadie escribe un libro si no es para compartirlo; para compartirse.

Espero que un día, todas las personas que quiero, estén leyendo Alma de superhéroe en casa, soñando conmigo. Y deseo, profundamente, que vengáis a celebrar conmigo que eso es posible, EL SÁBADO 28 DE NOVIEMBRE,  alrededor de las 6 de la tarde. (Más adelante confirmaré todo lo que necesitáis, de hora y lugar exactos, no os preocupéis). De momento, reservad ese día en vuestras agendas, porque os voy a estar esperando para presentaros este libro.

Ya estoy ansiosa, impaciente y soñándolo sin parar.

Hoy, además, os voy a dejar un regalo, para que también recordéis lo importante que es seguir soñando para poder luego compartir los sueños.


Feliz domingo, superhéroes.


 


martes, 20 de octubre de 2015

EL PRÓLOGO.



Como os decía, soy una afortunada y tengo cerca personas que me ayudan a cumplir un sueño. Alma de superhéroe no tiene sólo una portada bonita; tiene también un prólogo bonito.

Gracias, Rocío. Porque sin tus palabras, este sueño habría quedado incompleto. No podría estar mejor expresado, no podría ser más bonito. Y no podría haber sido nadie más que tú.

Es un verdadero placer, y una suerte, compartir esto contigo. Como tantas cosas desde hace tanto tiempo. El trébol irlandés me dio toda la suerte al ponerte ahí, y sobre todo, al dejarte para siempre. 

Gracias, gracias, gracias. 

Para que veáis la suerte que tengo, y lo bonita que es Rocío, os dejo un trocito de su prólogo:

“Cada relato es un regalo: “Esto es lo que viví”; “Esto es lo que aprendí”;  Y te lo ofrezco... Que cada cual lo recoja como mejor sepa. Lo aplique o no. Lo tenga en cuenta o no lo valore. Cada relato es una llamada a nuestros sentimientos más vitales: toc-toc; así me sentí; así viví; así me crearon y me destruyeron; así me amaron y así amé; así me rompí el alma... Así dejé ir.”


Eso es una pequeña muestra de cómo ella ha sentido Alma de superhéroe. Y estoy deseando que lo sintáis todos y todas.

Ya queda menos.

domingo, 18 de octubre de 2015

LA PORTADA!



No hay nada mejor para un domingo como este, que hacer dos cosas. La primera, presentaros la portada de Alma de superhéroe. Para que os vayáis haciendo una idea de cómo va a quedar en vuestras estanterías, o en la mesita, o en cualquier mueble del salón. 

La segunda, y la más importante en este caso, dar las GRACIAS a Isa López. 

Para escribir, normalmente, no se necesita más que ganas, soledad y emociones. Para cumplir un sueño, se necesitan personas alrededor con la capacidad y la generosidad de ayudarte a cumplirlo. Y yo soy una afortunada.

Hace unas semanas decidí contarle lo que pretendía hacer, con la intención, por supuesto, de contar con su parte (brillante) profesional. Para que me ayudase a darle forma al sueño. Pero con la intención, sobre todo, de compartir con ella algo eterno. De dejarle formar parte de mi camino, de mi aventura, de mi gran ilusión. 

Accedió sin pensarlo. Y yo estoy feliz. Porque tengo una portada que no podría ser más bonita. Y porque, además, tengo una amiga. Porque nos hemos reencontrado.

Esta portada no es solo una portada. Es la prueba de que el amor verdadero es eterno. De que aunque los caminos nos lleven a mundos distintos a veces, siempre hay un viaje de vuelta. Y que sólo hay que querer volver. 

Gracias, Isa. Gracias por tu trabajo. Y gracias por haber querido volver. Yo ya sé que somos para siempre, y espero que tú no lo dudes. Pero ahora, por si se nos olvidase algún día, tendremos esto para recordárnoslo. Y para recordárselo a todos. Que los corazones están hechos de pedazos de personas como tú. De superhéroes. Y qué suerte.

Te quiero.