sábado, 13 de mayo de 2017

Por escrito.



Hay una canción (de Leiva) que dice “para dejar por escrito que no voy a abandonar”. Porque sí, cualquier cosa, si la dejas por escrito se queda. Por eso a veces una escribe lo que no quiere que se olvide, lo que quiere inmortalizar.

Así descubro yo cuándo algo me gusta de verdad; porque quiero escribirlo. Las cosas, las personas importantes en mi vida me hacen desear escribir. Sentir la necesidad de convertirlas en literatura, a veces para que se queden y otras veces, para que se vayan. Y es curioso. También lo que quieres dejar ir, se va cuando lo escribes. Cuando lo sacas, cuando lo sueltas. 

Escribí un libro porque había cosas que quería hacer eternas, y un día me di cuenta que lo que realmente hice fue dejar que aquello se marchara. En el mejor de los sentidos, para hacerme bien.

Durante mucho tiempo pensé que había cosas que nunca volvería a vivir, que el corazón no me volvería a latir así. Que nadie me inspiraría unas letras más bonitas. Y de repente me encuentro un día tras otro delante del folio en blanco, sin saber cómo o qué expresar, pero no porque no tenga nada que decir, sino porque tengo tantas cosas deseando salir de mí que no encuentran la forma. 

Y ya no sé si es bueno o malo, pero quiero dejarlo por escrito.