miércoles, 27 de septiembre de 2017

Querer...



Yo no sé hasta dónde, hasta cuándo o hasta cómo “querer es poder”, pero a veces creo que te quiero mucho más de lo que puedo. Y quizá no haya nada más generoso que querer, que seguir queriendo, cuando querer NO es poder. Quizá no haya nada más absurdo tampoco. Pero me da igual. Yo creo en lo inevitable, en lo que no se puede parar. Creo que eso es lo de verdad, lo auténtico, lo que no miente.

Lo que se quiere no se elige, te elige. Las canciones preferidas, los colores, los olores o los sabores. No eliges quién te hace reír; te ríes. Te ríes con su risa, con su voz y te ríes con solo leer una frase. Y no lo has decidido, te ha pasado y no has podido evitarlo. Ni podrás jamás. Y eso sí, eso es QUERER. Y poder o no, es otra cosa.

Así que la próxima vez que alguien diga que querer es poder, voy a decirle que no. (Es una pena, pero no). Porque querer soy yo, pero poder son las circunstancias, la suerte, el pasado, las heridas y la vida. Porque no depende de mí, porque yo no elijo y ella tampoco. 

Pero que merece la pena seguir queriendo porque sólo así, solo si sigues queriendo mucho y queriendo de verdad, a lo mejor un día puedes. A lo mejor un día sí, a lo mejor un día las circunstancias, la suerte, la vida y ella también quieren. 

A lo mejor un día puede ser, y estás aquí. Y ese día, cuando querer SÍ sea poder, sabré que eres tú porque siempre quise. Porque siempre creí y seguí queriendo aunque no estabas, aunque no eras, aunque no podía. Porque te di lo que no pedías, lo que no tenía siquiera. Mis letras, mis ganas y el tiempo que pasamos cerca, pero sobretodo el que pasamos lejos. Porque encontré lo que había perdido y ojalá llegar a encontrarte a ti. 

…O a lo mejor no, a lo mejor este querer nunca vaya a poder ser. Quién sabe.

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