viernes, 18 de agosto de 2017

No he podido resistirme



Después de barbaridades como la de ayer es inevitable que se te pasen un montón de cosas por la cabeza. Unas muy feas y otras puede que incluso bonitas. Pero sí, sea como sea siempre consiguen hacernos sentir algo muy oscuro dentro. Porque es lo que quieren. Porque su objetivo no son esas personas que paseaban por Barcelona, ni Barcelona; ni las que disfrutaban de un concierto en París, ni París, ni Bruselas, ni Madrid… ese solo es su medio. Su medio para lo que de verdad quieren, que es que tengamos miedo, y odio, y rechazo. Es que sintamos que no podemos disfrutar de la libertad de pasear por donde nos dé la gana cuando nos dé la gana, ni de la de creer en lo que nos dé la gana, ni de la de amar a quien nos dé la gana. 

Su objetivo es que le eches la culpa a cualquiera que pasa por ahí, porque es negro. Que te lo creas, que tu odio sea real y que lo manifiestes. 

Cuando escucho noticias como la de ayer siento dolor, mucho. La pérdida de esas vidas es irreparable y ese es el verdadero dolor. De eso nadie te salva. 

Pero esos terroristas no solo han dejado esas víctimas (las que se ven en esos vídeos horrorosos), os están matando a muchos de vosotros y no os estáis dando cuenta siquiera. Porque de corazón creo que los que hoy compartís publicaciones con mensajes racistas, con mensajes de odio, con mensajes de culpa, sois las verdaderas víctimas de esos desalmados. Y eso sí que da miedo. No solo da miedo la probabilidad de que un día estés paseando por cualquier calle y te atropellen, o te apuñalen o te peguen un tiro. Lo que también da miedo, un miedo acojonante, es que de verdad algunos de vosotros estéis pensando que la solución para luchar contra asesinos, es cerrar la puerta y echar a palos a hombres, mujeres y niños INOCENTES (igual que tú, en teoría) que huyen de la muerte. De la misma muerte que huían los de ayer en Barcelona. EXACTAMENTE LA MISMA. Que sepáis que eso también es matar. No os equivoquéis, si quieres negarle a alguien la posibilidad de sobrevivir, lo estás matando. Y sin darte cuenta (y sin querer, espero) te estás asemejando sospechosamente a esos mierdas.

Y es lo que quieren. Que contribuyas, que les facilites el trabajo, que participes. Y a lo mejor si hoy las redes sociales están llenas de odio, es que un poco lo están logrando. Y si, cuando hay gente muriéndose en medio de la calle tu instinto no te dice que le ayudes, que le acompañes, que te quedes a su lado, o en todo caso, salgas corriendo y te pongas a salvo; y lo que te dice es que saques el puto móvil y lo grabes… de verdad que es que se están apoderando de nosotros.

No es necesario que te estalle una bomba en la cara para ser víctima del terrorismo. Y contra la probabilidad de estar en el sitio y en el lugar equivocado nadie puede luchar. Pero contra la ignorancia, contra el odio, contra la fobia a las personas de otro color, de otro idioma, de otra sexualidad o de cualquier otra cosa que no sea lo que piensas tú, aún se puede pelear. 

Porque un día puedes ser tú quien llame desesperadamente a una puerta en busca de ayuda, en busca de un trago de agua, en busca de una oportunidad para ti, o para tu hijo, o para tu madre… y puede que al otro lado de la puerta haya una persona de cualquier parte del mundo. Y no te gustaría que te juzgase y te dejase morir por venir de donde vienes, por creer en lo que crees, por SER QUIEN ERES. Porque ser español, blanco o europeo no te va a librar jamás de la probabilidad de que tu vida o la de los tuyos corran peligro. De que tengas que huir, de que tengas que dejarte la piel para sobrevivir. 

Yo no sé si a lo mejor algún día me quita la vida un terrorista, pero desde luego, sé que hasta ese día no habré sido ni una de sus víctimas ni una de sus cómplices. Porque no pienso nunca ser parte de ese odio. Pienso seguir creyendo en los buenos, confiando en que acabaremos con los malos, y me seguirán doliendo igual todas las vidas que trunquen, nacieran donde nacieran y mueran donde mueran.

Y a lo mejor si queréis que el horror y el odio se acabe, deberíais empezar a sacarlo de vuestras almas.

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