domingo, 24 de enero de 2016

Antes de ti.



Estaba escuchando una canción que me ha recordado a una época de mi vida. Hace unos años, antes de que existieras. 

He pensado en eso, en cómo era yo antes de ti. Cómo recuerdo el mundo, mi mundo, antes de que pasaras. Pocas veces lo hago. Apenas consigo recordar demasiado; parece que hubieran pasado cientos de años. El tiempo es así de relativo, y según dónde mires, parece que han pasado minutos, meses o mil años.

Si me miro en los viajes, en las fotos, en los conciertos… sé que mi vida es mucho más larga antes que después de ti. Y aún así, parece que nada hubiera existido hasta entonces. 

Cuando me miro el alma, los años se hacen largos contigo. Y creo que antes no existía. Nada contaba, nada era. Yo no era. 

Como si las canciones no hubiesen sido escritas antes de que nos conociéramos, como si el mar no estuviera ahí mucho antes que todo. Como si todo, absolutamente todo, no existiera antes y siguiera existiendo después y a pesar de ti. 

Qué locura.

El tiempo que pasa en el mundo no es el tiempo que pasa en lo más profundo de cada ser. Ahí dentro no hay calendarios. Aunque, a veces sí, casualmente coincide, y es domingo, en el mundo y en el corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario