jueves, 14 de noviembre de 2019

Sin respeto


Desde hace unos días me invade una sensación de pena, de tristeza, de rabia. Yo ya sabía que la sociedad en la que vivimos ahora mismo está llena de odio, pero verlo tan claro como lo vi el domingo en los resultados me rompió el corazón en mil pedazos. Ya no digo decepción, hartazgo, cansancio (que ya existían); digo DOLOR. 

Dolor de ver cuantísima gente de la que me rodea (espero que no en mi círculo más íntimo pero al fin y al cabo, me rodea) da alas a un partido que considera que no soy digna de ser, simplemente. Que considera que mi amor vale menos que el suyo, que no tengo derecho a formar mi propia familia. Que mi mujer no será realmente mi mujer (como mucho será mi “amiga”, mi “compañera”… já!) ni nos podremos considerar matrimonio; que nuestrx hijx no será normal, ni natural, ni feliz. Que nos señalarán, nos perseguirán, nos menospreciarán y siempre, siempre, siempre, sentirán que somos MENOS PERSONAS que ellos.

Y no lo entiendo. No solo esta cuestión que me afecta directamente, ojo. Tampoco entiendo que os creáis las historias que se montan para llegar a la conclusión de que hay que “echar a los negros” porque son malos y nos quitan cosas. Os dicen que la culpa la tienen los de fuera y que hay que echarlos y/o no dejarles entrar Y OS LO CREÉIS.

¿Y lo de la violencia de género? MADRE MÍA LO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO. QUE HAY QUE PROTEGER A LOS HOMBRES dicen. Poner más trabas a las mujeres por si no tienen ya bastantes. Por si no hay ya bastantes muertas, maltratadas, violadas… vamos a darles más facilidades a los machotes. Os dicen que las verdaderas víctimas de esta mierda son los hombres Y OS LO CREÉIS. 

Y las pensiones, y los impuestos, y los toros, y Cataluña… 

En ESO os quedáis. No sé si es más triste pensar que habéis votado a VOX por las cuatro ideas básicas que os han metido en la cabeza como la de los inmigrantes, la de las denuncias falsas, que los catalanes no se independicen porque VIVA ESPAÑA… no sé si es más triste pensar que sois ignorantes o que simplemente tenéis dentro un Nazi. Pero ninguna de las opciones se merece mi respeto.

Nunca en mi vida he entendido ni compartido las ideas de la derecha, pero nunca en mi vida he negado mi respeto (ni aprecio o amistad) a ninguna persona por la papeleta que haya decidido echar en el sobre, HASTA HOY. Porque ya está bien. Porque no quedan excusas, justificaciones ni razones para que, en el 2019, aún le demos cabida al fascismo. Ni una pizca de racismo, de xenofobia, de homofobia, de machismo; debería tolerarse y mucho menos respetarse ya. Y queráis verlo o no, es lo que sois. Asquerosamente racistas, homófobos y machistas. Y queréis acabar con todos los colectivos que consideráis inferiores. Queréis una España sin inmigrantes, sin homosexuales, sin pobres, sin clase obrera, sin mujeres empoderadas, libres y fuertes…

Echad un vistazo a algún libro de historia, o poneros alguna peli si no sois muy de leer, a ver si os suena de algo todo aquello de Alemania, de un tal Hitler, de Franco, del Nazismo… en fin, todas esas cosas que parece que no habéis estudiado nunca.

Cualquier persona que haya echado en su sobre la papeleta del odio ha contribuido a que yo sea menos, a que me sienta menos libre y menos segura de ir caminando de la mano de mi chica; o caminando, simplemente, porque soy mujer. Ha contribuido a que se me nieguen derechos y libertades. A que tenga menos derechos como trabajadora, menos oportunidades y menos posibilidades. 

Y no solo por los que se me niegan a mí sino porque empatizo absolutamente con el resto de personas a las que afecta vuestro odio, os digo, desde lo más profundo de mi corazón (roto y triste) que no os tengo ningún respeto.

Si alguien de mi alrededor se ve reflejadx, si te sientes decepcionadx con mis palabras, con mis sentimientos y te ofendo con mi opinión, también que sepas que esto no va a cambiar, que mis ideales seguirán siendo estos y lo que opino de ti se puede decir más alto pero no más claro.

Que la puerta está abierta y que adiós, bye bye, chao, que te vaya bien y hasta luegui.
Con todo mi amor de mujer, lesbiana, pobre y roja.

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