Ni las bombas, ni las balas, ni la represión, ni las
leyes, ni la discriminación, ni la tortura… ningún acto de homofobia duele
tanto como un corazón roto por amor.
Por eso es amor, y por eso deberíais respetarlo.
Feliz día, y feliz orgullo. A los que estáis
orgullosos de ser quienes sois; a quienes querríais ser pero no os atrevéis; a
quienes seréis y aún no lo sabéis; a quienes criáis a los que aún no tienen
claro quiénes son. Sobre todo a ellos, dejémosle un mundo en el que puedan ser.
Y enseñémosles que lo único imprescindible en la vida es poder SER UNO MISMO EN
CUALQUIER PARTE.
Corazones rotos, sí, pero LIBRES. Y muy orgullosos
también.
(Y sí, el día del orgullo gay fue ayer, pero da
igual, debería ser eterno)
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