Esa idea brillante de Facebook de ponernos en la
cara nuestros “recuerdos”. Lo que hiciste tal día como hoy hace un año, dos,
tres… lo que hacías, con quién lo hacías, dónde estabas. Y también, cómo
estabas.
Eso tiene su gracia (a veces). Aunque quizá también
resulte una broma pesada. Un atentado contra nuestro derecho a olvidar.
Hay días que Facebook se cachondea y te recuerda
cosas que no van a volver; viajes, momentos e incluso personas. Pero también
hay días que te recuerda que todo pasa. Y que eso incluye también el dolor, los
días tristes y las rachas oscuras.
Hoy, precisamente, me ha recordado una publicación
de hace nada menos que cuatro años. Era una canción de Shakira, titulada “No”. Y
decía cosas así
Siento que me dueles todavía aquí,
Adentro
Y que a tu edad sepas bien lo que es
Romperle el corazón a alguien así
No se puede vivir con tanto veneno,
La esperanza que me da tu amor
No me la dió más nadie,
Te juro, no miento
No se puede vivir con tanto veneno
No se puede dedicar el alma
A acumular intentos
Pesa más la rabia que el cemento.
El título ya dice mucho de aquél momento. No. Y eso
significa muchas cosas. La letra
también, es clara. De no ser por Facebook, seguramente hoy no habría sido
consciente de que tal día como hoy, hace cuatro años, algo me dolía tanto que
casi no podía respirar.
Y a lo mejor recordar eso no es bonito. Pero gracias
a eso hoy sé que todo pasa. Hoy, la canción que describiría cómo me siento no
sería esa, desde luego. Y eso es lo que cuenta. Que las cosas cambian, la vida
da vueltas. Te quita y te da. Te lleva y te trae. Te sube y te baja.
A mí me gusta recordar, en general. No suelo tener
miedo a fotos, canciones e instantes de mi pasado. Ni a los más amargos. Porque
al final, solo es eso, pasado. Porque no quiero olvidar de dónde vengo, ni por
dónde he pasado; ni por quiénes.
Y porque me gusta sentir que gané. Que me recompuse,
que aprendí.
Y quizá tenía que tener tantos días como aquél, para
tener ahora otros como los que estoy teniendo. Para volver a disfrutar tanto de
paseos, de canciones, de conversaciones. De personas.
Y lo mejor de recordar que un día se nos rompió el
corazón, es ver que somos capaces de volver a arriesgarlo. De volver a
ilusionarnos a pesar de cada desilusión. De seguir creyendo en los buenos a
pesar de tantos malos.
Que la vida no se acaba en una caída (ni en mil), ni
el amor, ni los sueños. Que siempre hay más y siempre podemos más. Y si
facebook tuviera también la opción de ver el futuro, puede que un día como hoy
dentro de cuatro años vuelva a sentirme muy “No”. Pero eso no cambiaría que hoy
me sienta muy “Sí”.
Porque la verdad es que hoy, a pesar de todo, siento
que sí.
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