[La
otra parte de la historia. Mi otra parte. El origen, la razón. Ella, de primera
mano. Cuando le propuse esto tampoco se lo pensó, no lo dudó. “Claro que sí,
cuenta con ello”. Es la primera vez que alguien que no soy yo escribe en este blog. Qué menos, ¿no?
Y
antes de nada yo solo puedo darle las gracias. Por querer, por hacerlo, por
adaptarse. Porque sé que si no fuese porque YO se lo he pedido, ella no lo
habría hecho. Porque no lo necesita. Porque estas no son sus maneras, este no
es su estilo, ella no “funciona” así. No abre el alma con facilidad, no dice
demasiado. Y ha dejado ver un trozo de sí misma para todos vosotros sólo porque
yo quería que lo hiciera.
Lo
primero que me llamó la atención cuando leí lo que había escrito, es que le
había puesto título, “Que cambie todo”. Luego, además, se me escaparon algunas
lágrimas y unas risas, también.
Aquí
lo tenéis, o la tenéis, a ella.]
QUE CAMBIE TODO
Ya
lo dijo Juanes… “que cambie todo, pero no el amor”
El
amor en todas sus formas, la forma de amar, la forma de querer.
Que
no dejemos de tenernos, que no cambiemos el querernos.
Que
sigamos siendo tan únicas y esto nuestro, tan imperturbable en el tiempo y la
distancia.
Que
nos enfademos, nos desesperemos… que nos demos capones, e incluso, ¡que nos
odiemos! pero que no cambie el amor.
Que
tú sigas creciendo, que yo avance a trompicones, pero que siempre tengamos
nuestra isla, nuestro pequeño paraíso allí donde estemos cada una.
Que
siempre seamos familia.
Me
has regalado una casa siempre, un hogar al que volver cuando lo merecí, y
también (y sobre todo) cuando no.
Que
siempre me engañes cuando quieras reír, porque yo siempre me voy a creer todo
lo que tú me digas.
“Siempre”,
mucho “siempre” en este escrito… pero más “siempre” aún hay en ti.
Tú
eres sinónimo de siempre.
Y
los que nos cruzamos en tu camino, sabemos que ese cruce es ya para siempre.
Gracias
por creer en mí más que yo misma, por la fe. Gracias por ayudarme a crecer,
porque tú siempre siembras vida.
Así
que, que cambie todo… que cambie la ciudad, el trabajo, el dinero… que cambie
todo eso que importa tan poco, pero que no cambie el amor.
10
años después de empezar a querernos, aquí seguimos.
Vamos,
a seguir llenándonos, de Jony y de Maik, de rice, lemaos, zartis y Toshiba
(¿qué es Toshiba?). Vamos a seguir apretándonos la cabeza con las manos y fundiéndonos en abrazos infinitos (¨nena, estás muy flaca…
cómete un bocadillo¨)
Vamos
a por un “pasado, presente, futuro” lleno de SIEMPRE.
- “La verdad es que nunca he sabido por qué me quieres
tanto”
- “Ya, yo tampoco lo sé”
Has
de saber ahora tú, que yo también te quiero, montañita.
L.
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