Hace tiempo que no escribo porque un día me dio por
pensar que casi siempre escribo para quien menos lo merece. Supongo que todas
las personas que escriben o crean, lo hacen para aquello que no lo merece. Y es
curioso.
No sé si es porque lo que más duele más inspira, o
porque a veces escribimos por necesidad. Por sobrevivir. Por soltar. Por querer
llegar a alguien que no está. Por quitarnos de encima el peso de todas las
palabras que queremos decirle a alguien que no quiere escucharlas. Y estaba
cansada de llenar páginas con partes de mí que iban a parar a ningún sitio. Me di
cuenta de que las cosas más importantes de mi vida las había escrito para
personas, cosas o causas que nunca iban a entender la magnitud de mis palabras.
Y me fui.
Hoy he decidido volver aquí sólo porque me apetece. No
porque lo necesite. Si no lo he hecho últimamente no es porque no me
inspirasen, sino porque quien lo hace está ahí. Porque no necesito sobrevivir
escribiendo algo que quizá lea, o quizá no. Porque no necesito imaginar. Ni un
medio por el que hacerle llegar lo que siento. Porque tengo la suerte de poder
hacerlo con un beso, con un abrazo. De poder decírselo sin miedo, de no tener
que esconderme en este sitio, ni en un libro.
Hoy tengo la suerte de que quien me inspira es
alguien que me permite ser yo y si no necesito escribir es porque no hay nada
dentro de mí que me dé miedo mostrarle. Y aún así, me apetece hacerlo.
Me apetece escribirle a ella y decirle que si no lo
he hecho antes, es porque no me atrevía. Porque para quien no lo merece,
cualquier palabra es demasiado; pero para quien sí, todas las palabras serán
siempre poco. Por eso no lo he hecho antes. Porque qué se le dice a alguien que
te salva. Qué se le dice a alguien que te devuelve todo lo que habías perdido. Qué.
No sé qué podría decirle a alguien que es todo lo
que había soñado. Nada sería suficiente, nada sería tan bonito. Pero aún así,
espero llenar muchas páginas de ti. De amor, de sueños, de ilusión, de futuro,
de pasión, de deseo, de esperanza, de felicidad. Quiero llenar muchas páginas
con todo eso de lo que tú me llenas a mí. Y espero escribir(te) siempre solo
porque sí, espero no tener que hacerlo nunca porque ya no estés. Que me
inspires sin doler, que me dejes siempre ser. Y que siempre sea contigo. Y que
siempre seas conmigo.
“Y te elegiría
una y mil veces
Aunque el viento
sople fuerte
Yo te sigo la
corriente
Donde me quieras
llevar”
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