En mi etapa de futbolista espartana, aprendí muchas
cosas. Entre ellas, una que se me ha quedado bien marcada; la más importante,
la esencial. Fue cuando marqué mi primer gol (y luego ya los demás, porque hubo
más). En ese momento aprendí algo que desde entonces va conmigo siempre; que lo
mejor de marcar un gol no era la felicidad personal, la sensación de éxito o la
satisfacción. Lo mejor de marcar un gol es ver las caras de otras personas, que
se alegran aún más que tú misma. Y eso es lo que verdaderamente me hacía
inmensamente feliz en ese instante. Tener al lado personas con las que celebrar
el gol, pero de verdad, de esas que lo están sintiendo en todo el cuerpo.
Desde que decidí escribir un libro, sentí lo mismo. Lo
mejor de este sueño, de cualquier sueño en realidad, es que otras personas los
sueñen contigo. Y con un libro es fácil; porque lo haces para eso, para
entregarlo. Para compartirlo. Nadie escribe un libro si no es para compartirlo;
para compartirse.
Espero que un día, todas las personas que quiero,
estén leyendo Alma de superhéroe en casa, soñando conmigo. Y deseo,
profundamente, que vengáis a celebrar conmigo que eso es posible, EL SÁBADO 28 DE NOVIEMBRE, alrededor de las 6 de la tarde. (Más adelante
confirmaré todo lo que necesitáis, de hora y lugar exactos, no os preocupéis). De
momento, reservad ese día en vuestras agendas, porque os voy a estar esperando para presentaros este libro.
Ya estoy ansiosa, impaciente y soñándolo sin parar.
Hoy, además, os voy a dejar un regalo, para que
también recordéis lo importante que es seguir soñando para poder luego
compartir los sueños.
Feliz domingo, superhéroes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario